El lince ibérico (Lynx pardinus) es una especie emblemática y en peligro crítico de extinción. Es el felino más amenazado del mundo y se distingue por su pelaje manchado, orejas con pinceles de pelo y una cola corta. Su hábitat natural abarca la península ibérica. Históricamente, el lince ibérico ocupaba extensas áreas, pero la degradación del hábitat y la caza furtiva llevaron a su disminución. Actualmente, se concentra principalmente en áreas restringidas de España y Portugal.
La conservación del lince ibérico es crucial para mantener el equilibrio ecológico. Como depredador tope, regula las poblaciones de presas y contribuye a la biodiversidad. Su supervivencia es indicativa de la salud del ecosistema mediterráneo. Por lo cual, entidades como WWF, con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, lidera el proyecto ’20Lince40′. Este ambicioso esfuerzo se centra en aumentar la población de linces y mejorar su hábitat. A pesar de los avances, WWF destaca la necesidad continua de trabajo para alcanzar una población verdaderamente viable y fuera de peligro.
Aunque el número de linces ha aumentado, WWF enfatiza que la meta es llegar a al menos 3.000-3.500 individuos, con 750 hembras reproductoras para 2040. Esto aseguraría una población autosostenible y robusta, disminuyendo significativamente la amenaza de extinción. El seguimiento de la especie se realiza mediante fototrampeo, identificando manualmente cada individuo gracias a su patrón de pelaje único, lo que implica un trabajo muy meticuloso. Por otro lado, se busca optimizar y abaratar las actuaciones de fomento de las poblaciones de conejo, la presa principal del lince, sin la cual no es capaz de reproducirse.
Hoy 12 de diciembre, que es el día internacional del lince ibérico se aprovecha para alertar sobre las principales amenazas que aún se ciernen sobre este felino. La principal causa de mortalidad, a día de hoy, continúan siendo los atropellos, con más de 40 muertes el año pasado, y el furtivismo.
El lince ibérico es uno de los mamíferos más característicos de nuestro país y, sin embargo, estuvo a punto de desaparecer a principios de siglo, debido a la caza furtiva, los atropellos y la degradación de su medio natural. Las políticas de conservación de este pequeño ‘gran felino’ de unos 40 centímetros de alto ha permitido que, dos décadas después, haya aumentado ostensiblemente su número en Andalucía, Extremadura y Castilla La Mancha, así como el sur de Portugal. La conciencia y el apoyo continuo son esenciales para garantizar un futuro más seguro para el lince ibérico y su ecosistema. 🌿🐾